Nuestra escuela taller de patronaje y costura tiene como pilar fundamental el diseño de moda sostenible. Trabajamos con una mentalidad de comunidad y espíritu ecológico que se refleja en muchos de los procesos que se elaboran en el taller: desde el reciclado de residuos textiles, a una visión de solidaridad o la apuesta por un mercado libre alejado de la tiranía de precios y del “fast fashion”.
Pensemos que la ropa y el sector textil es el segundo sector de consumo, por detrás de los alimentos, y las toneladas de residuos que provocan están causando una grave devastación ambiental. La directora del centro, Virginie Verrier, intenta implantar un modelo sostenible a través acciones como el tejido con el que trabajan, todo es reciclado y proviene de las donaciones de empresas textiles. Los alumnos de los cursos de costura y patronaje trabajan con esas piezas para reinventarlas y evitar crear aún más residuos. Además, se intenta dar una mayor vida a las prendas con la multifunción. “Mi ropa está pensada para que sea modulable, me gusta confundir chaqueta y bolso y que sea una sola pieza, o que un vestido pueda pasar de 10 a 15 maneras posibles”, nos explica Virginie sobre su propia firma, y añade
“la industria que la moda lleva alrededor no me gusta, me hace sufrir, por eso con mis diseños intento transmitir un mensaje sano, equilibrado y lúdico, donde vestirse toma otra conciencia que el simple hecho de vestirse porque sí”.
Los montones y toneladas de desperdicios, las penosas condiciones de trabajadores en el sector textil o el uso de productos químicos en los tintes, son solo unos ejemplos del lado de la moda que no se ve.
“Es muy difícil llegar a producir un producto 100% ecológico, porque son difíciles de encontrar en el mercado actual, pero el comprador es quién tiene el poder para cambiarlo, si se toma conciencia, el cambio es posible”, sentencia Verrier.
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